Acantilados de belleza espectacular, un mirador en Pimiango único en Asturias desde el que se contempla a un tiempo el picu Urriellu y la inmensidad del Cantábrico, una cueva la del Pindal declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con un centro de Interpretación muy próximo a la ermita de San Emeterio, y todo componiendo un conjunto de belleza natural realmente llamativa. En los alrededores y caminando un trecho, el Monasterio de Tina, cuyas ruinas son testimonio de un pasado de peregrinación y devoción que aún hoy mantiene viva la llama de la espiritualidad y fuerza telúrica de una zona vinculada desde siempre al Camino de Santiago de la Costa.