Castropol, perteneciente al concejo del mismo nombre, luce señorial en un promontorio escalonado que desemboca en la majestuosa ría del Eo, frontera natural entre Asturias y Galicia.
Esta ilustre villa es la noble frontera entre dos territorios afines y sus calles, que cada año se engalanan de alfombras florales - coincidiendo con la festividad del Corpus -, son una muestra de un interesante Casco histórico en el que destaca tanto la arquitectura civil como la religiosa de los últimos tres o cuatro siglos. Palacios y casas blasonadas, capillas, iglesias, plazas, parques, todo en Castropol nos conduce a un pasado de gloria y esplendor.