Joya oculta en el corazón de los Picos de Europa, se despliega en un paisaje de ensueño donde la naturaleza es la protagonista indiscutible. Este concejo, bañado por el río Sella y salpicado de bosques centenarios, es un santuario para quienes buscan el alma más pura de Asturias. Sus aldeas de piedra, encaramadas en laderas y valles, guardan la esencia de una tradición ganadera y pastoril que se entrelaza con la majestuosidad de su entorno. Amieva es también una puerta de entrada a la historia, con vestigios de antiguas calzadas romanas y caminos que han visto el paso de generaciones. Un destino donde el tiempo parece detenerse y la belleza natural se convierte en legado
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