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Somiedo
Somiedo, en plena cordillera Cantábrica, se despliega entre valles glaciares, lagos de aguas cristalinas y montañas que han sido refugio de la fauna más emblemática de Asturias. Su territorio, declarado Parque Natural y Reserva de la Biosfera, es un santuario donde osos pardos y águilas reales habitan en libertad, en un entorno donde la naturaleza se impone con su grandeza. Este concejo, de ancestrales costumbres ganaderas, conserva la tradición de las brañas y los teitos, construcciones de cubierta vegetal que han desafiado el paso del tiempo. Todo en Somiedo nos conduce a un paisaje de belleza indómita, donde la vida transcurre en perfecta comunión con la naturaleza.
Santa Eulalia de Oscos
Santa Eulalia de Oscos, tierra de herreros y maestros del fuego, se extiende entre montañas y valles donde la historia se ha forjado con el martillo y el yunque. Este concejo, cuna de la forja tradicional asturiana, conserva en sus aldeas el legado de un oficio que moldeó su identidad y dejó en pie fraguas y molinos que aún hoy evocan su esplendor. Entre sus calles empedradas y casonas de piedra con tejados de pizarra, Santa Eulalia respira la esencia de la Asturias occidental, donde la arquitectura popular y el entorno natural conviven en armonía. Un rincón donde el tiempo parece detenerse y la memoria de los antiguos herreros sigue viva en cada golpe de martillo.
San Martín de Oscos
En el corazón de los Oscos, entre montes cubiertos de bosques y valles que parecen anclados en el tiempo, San Martín de Oscos se alza como un testimonio de la Asturias más auténtica. Sus paisajes, marcados por la huella de un pasado de arrieros y herreros, han conservado el alma de un territorio donde la naturaleza y la historia van de la mano. Las casonas de piedra con tejados de pizarra, los palacios señoriales y las antiguas fraguas narran la historia de un concejo que supo prosperar con el hierro y el esfuerzo de sus gentes. Todo en San Martín de Oscos nos transporta a un pasado de esplendor rural, donde la tradición pervive en cada rincón.
Riosa
Abrigado por las imponentes laderas de la Sierra del Aramo, Riosa se extiende en un paisaje donde la montaña es la gran protagonista. En su territorio, la mítica subida al Angliru, uno de los puertos de montaña más exigentes del ciclismo mundial, ha convertido este concejo en un referente para los amantes del deporte y la naturaleza. Pero Riosa es también historia y tradición. Sus pueblos, con casonas de piedra y pequeñas iglesias rurales, han sido testigos de una arraigada cultura minera que durante décadas dio vida a estas tierras. Hoy, el concejo se abre a quien busca paisajes grandiosos y rincones donde la esencia asturiana permanece intacta.
Proaza
A los pies de las montañas y siguiendo el curso del río Trubia, Proaza se despliega entre desfiladeros y bosques que han sido testigos de la historia asturiana. Su entorno natural, presidido por las hoces del río y los senderos que recorren el concejo, ha convertido este lugar en un paraíso para senderistas y amantes de la naturaleza. Este concejo guarda en su territorio la Senda del Oso, un antiguo trazado ferroviario transformado en una de las rutas más emblemáticas de Asturias, donde la historia y la biodiversidad conviven en perfecta armonía. En sus pueblos, la piedra y la madera siguen dando forma a las casonas y palacios que recuerdan el esplendor de otra época. Todo en Proaza nos transporta a un lugar donde la naturaleza y la tradición han forjado un legado de indudable belleza
Pesoz
Pesoz, un rincón escondido en la Asturias más occidental, se alza sobre las laderas del río Agüeira, entre montañas cubiertas de castaños y robles. Su historia, marcada por la lucha contra la orografía y el tiempo, se refleja en sus pequeñas aldeas donde la arquitectura popular sigue siendo testigo del pasado. Este concejo, de raíces vitivinícolas, guarda la memoria de un tiempo en que la vid cubría sus laderas y el vino era parte esencial de la vida cotidiana. Hoy, la tranquilidad de sus paisajes y el calor de su gente hacen de Pesoz un refugio donde la esencia de la Asturias más rural y auténtica sigue intacta.

Otras recomendaciones

Villanueva de Oscos
En el corazón de la comarca de los Oscos, donde los valles se cubren de bosques y la niebla envuelve las aldeas al amanecer, Villanueva de Oscos guarda en sus tierras la memoria de un pasado monástico y artesanal. Su historia está marcada por el monasterio de Santa María, que en otro tiempo fue centro de espiritualidad y poder en el occidente asturiano. Hoy, este concejo sigue respirando la esencia de la Asturias rural, con pueblos de piedra y tejados de pizarra que han resistido el paso de los siglos. En sus montes, el murmullo de los arroyos y el canto de los pájaros nos recuerdan que en Villanueva de Oscos, el tiempo se mide con la calma de la naturaleza